Tal y como se comentó en el artículo anterior hoy hablaremos de los principios generales del Biointeriorismo. Para mí, el biointeriorismo es el presente, una corriente del diseño de interiores que busca crear espacios saludables y respetuosos con el medio ambiente, priorizando el bienestar de las personas a nivel físico y emocional. Se fundamenta en la integración entre el entorno construido y la naturaleza.
Hablemos de algunos puntos clave:
El primero, un uso de materiales naturales y ecológicos que no tienen un impacto negativo en la salud de los ocupantes, ni en el medio ambiente. Esto implica seleccionar productos que sean NO TÓXICOS como pinturas de cal o arcilla, aceites de protección o acabado de maderas y adhesivos libres de compuestos orgánicos volátiles (COVs), que son responsables de liberar gases dañinos, materiales renovables y biodegradables que pueden ser devueltos al ciclo natural sin generar residuos peligrosos, como maderas certificadas, bambú, corcho, lino o algodón orgánico, y que tengan una baja huella de carbono, priorizando materiales locales y de producción sostenible para reducir el impacto en el transporte y la extracción.
Un segundo pilar es el diseño biocompatible, o saludable para el ser humano. El biointeriorismo no solo busca proteger el medio ambiente, sino también mejorar la salud y el bienestar de las personas que habitan los espacios. Teniendo especial cuidado en la calidad del aire interior, garantizando una buena ventilación y evitando el uso de materiales que puedan liberar sustancias químicas COVs, formaldehídos, etc., estudiando la orientación para maximizar la luz natural, aprovechándola al máximo para reducir el uso de iluminación artificial y favorecer el ritmo circadiano (ciclo natural del sueño-vigilia), lo cual influye positivamente en el bienestar físico y mental, con un diseño ergonómico, para crear espacios cómodos y funcionales que promuevan una buena postura y reduzcan el riesgo de problemas musculoesqueléticos.
Además de todo esto, debemos tener en cuenta los impactos que recibimos de las ondas electromagnéticas de alta y baja frecuencia, tales como las antenas de telefonía, wifi, radares, teléfonos inalámbricos, vigila-bebés, dispositivos conectados por bluetooth, entre otros, así como los derivados de la instalación eléctrica.
Otro punto clave en el biointeriorismo es el concepto de biofilia, que es la unión de los seres humanos por la naturaleza. Se busca integrar elementos naturales en el entorno construido para mejorar el bienestar emocional, reducir el estrés y la presión arterial, y aumentar la productividad.
Esto puede lograrse a través de vegetación interior, colocando plantas dentro de los espacios que además de ayudar a purificar el aire y filtrarlo, crea una atmósfera más relajante y viva, también podemos utilizar materiales y formas inspirados en la naturaleza, como el uso de texturas, colores y patrones que evocan elementos naturales (maderas, piedras, formas orgánicas).
Las vistas exteriores para generar una continuidad, diseñando ventanas y aperturas que permitan la conexión visual con el exterior, como jardines, patios o paisajes naturales.
En cuarto lugar, el biointeriorismo promueve el ahorro de recursos, con especial atención a la eficiencia energética. Esto se consigue con un aislamiento térmico eficiente, y el uso de materiales que mejoran la retención de calor o frescura, reduciendo la necesidad de calefacción o aire acondicionado, lana, corcho, celulosa, fibra de madera, entre otros.
La Integración de tecnologías como paneles solares, sistemas de captación de agua de lluvia y reutilización de aguas grises, y dispositivos que permitan un menor consumo energético, como luces LED o electrodomésticos de bajo consumo. Un diseño bioclimático que aproveche las características climáticas del lugar para optimizar el confort sin depender excesivamente de sistemas artificiales de climatización.
Apoyando una economía circular se favorece la reducción de residuos durante todo el ciclo de vida del proyecto. Esto incluye desde la elección de materiales de proximidad, reciclados y/o reciclables, con prácticas como el reciclaje creativo o upcycling, reutilizando mobiliario y materiales para favorecer la restauración y el rediseño de muebles en lugar de adquirir nuevos, lo que disminuye el impacto ambiental, un diseño inteligente, modular, funcional y flexible, creando espacios que se puedan adaptar a nuevas necesidades y usos sin tener que hacer cambios radicales, evitando el desperdicio de materiales e incluir un punto de contenedores de reciclaje en el diseño del hogar o espacio para facilitar la correcta gestión de los residuos, son algunas de las prácticas del Biointeriorismo.
Pero no solo nos podemos centrar en el presente, sino también en el impacto que el diseño tendrá en el futuro. Se busca crear espacios que sean duraderos y sostenibles a lo largo del tiempo, con materiales de larga vida útil, eligiendo productos que resistan el paso del tiempo para evitar renovaciones constantes y la producción de más residuos innecesarios. Productos que puedan reciclarse o reutilizarse.
Diseñar interiores que requieran menos productos químicos agresivos para su limpieza y mantenimiento, promoviendo el uso de alternativas naturales.
Cómo nos afecta el color, los espacios, la luz, … lo que percibimos por los sentidos influye en nuestra conducta y nuestro estado anímico. El Biointeriorismo estudia a cada persona de manera individual para diseñar espacios personalizados que ayuden al bienestar emocional.
El biointeriorismo es una forma de diseño de interiores profundamente conectada con el bienestar humano y la sostenibilidad ambiental. Se puede transformar un espacio en un entorno saludable, armónico y en sintonía con la naturaleza, contribuyendo no solo a mejorar la calidad de vida, sino también a reducir el impacto ecológico de la actividad humana. Para mí, el Biointeriorismo es el presente. ¿Y para ti?