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Carolina Pidal

Blog

Diseño Bioclimático

Adaptarse al terreno y al clima de la zona

En este primer artículo del año y para seguir con los principios del BioInteriorismo, explicaré el diseño bioclimático, que es una de las claves del biointeriorismo, ya que busca optimizar el confort de un espacio interior utilizando los recursos naturales disponibles, como la luz solar, el viento y la vegetación, reduciendo así la necesidad de sistemas artificiales de climatización y disminuyendo el impacto ambiental. Aprovechar las características del entorno para crear espacios más sostenibles y energéticamente eficientes.

El primer aspecto a tener en cuenta en el diseño bioclimático es la orientación del espacio para maximizar el uso de la luz solar y reducir la dependencia de la iluminación artificial. Aprovechar la luz natural no solo disminuye el consumo energético, sino que también tiene beneficios para la salud, como mejorar el estado de ánimo y regular el ritmo circadiano. En caso de necesitar aportación de luz artificial, deberemos crear una atmósfera que nos ayude a seguir estos ritmos naturales.

En nuevas construcciones, en climas fríos, es ideal orientar las ventanas hacia el sur (en el hemisferio norte) para captar el mayor número de horas de luz durante el día, mientras que, en climas cálidos, se busca el control solar evitando la luz directa mediante persianas o aleros que bloqueen la radiación solar en las horas más calurosas.

Colocar las áreas más utilizadas, como salas de estar o áreas de trabajo, en zonas que reciban más luz natural, mientras que los espacios que requieren menos luz, como baños o dormitorios, pueden ubicarse en zonas más sombrías.

El diseño bioclimático también prioriza la ventilación natural, que permite mantener una temperatura adecuada y mejorar la calidad del aire interior sin depender de sistemas de climatización o ventilación artificial.

Crear corrientes de aire mediante la apertura de ventanas en paredes opuestas o perpendiculares, lo que favorece el flujo natural del aire y ayuda a refrescar los espacios en climas cálidos., es lo que conocemos por ventilación cruzada. En invierno es recomendable realizar tres ventilaciones de al menos diez minutos al día.

Las ventanas ubicadas cerca del techo permiten la salida del aire caliente acumulado, lo que es especialmente útil en techos altos o en climas calurosos.

Aprovechamiento de la luz natural

Un buen aislamiento térmico es fundamental para cualquier proyecto bioclimático, ya que permite conservar la temperatura interior de manera más eficiente. En el biointeriorismo, se priorizan materiales de aislamiento ecológicos que sean eficientes y respetuosos con el medio ambiente, como hablamos en el post anterior.

Productos como el corcho, la lana de oveja, el cáñamo o la celulosa reciclada son excelentes opciones para el aislamiento de paredes, techos y suelos, ya que ofrecen un rendimiento térmico comparable a los materiales convencionales, pero sin los impactos ambientales negativos.

El uso de ventanas de doble o triple acristalamiento ayuda a reducir la pérdida de calor en invierno y a mantener los interiores frescos en verano. Además, la inclusión de revestimientos o cortinas térmicas puede mejorar aún más el aislamiento de las ventanas.

Además, si utilizamos mortero o placas de arcilla en las paredes, podremos controlar de manera natural la humedad ambiente, ya que es un material higroscópico que absorbe y cede agua según la necesidad del momento.

Placa de arcilla

Uno de los desafíos del diseño bioclimático en climas cálidos o en ciertas épocas del año es evitar el sobrecalentamiento de los espacios debido a la radiación solar excesiva. Para ello, se emplean diversas técnicas que ayudan a controlar la cantidad de sol que ingresa a un espacio.

Los aleros y voladizos son elementos arquitectónicos que bloquean el sol directo en verano, cuando el ángulo de incidencia es mayor, pero permiten la entrada de luz en invierno, cuando el sol está más bajo en el horizonte.

Las persianas y celosías son sistemas de sombreado, tanto exteriores como interiores, permiten regular la cantidad de luz solar que entra en la vivienda, reduciendo el calor sin comprometer la ventilación ni la iluminación. Las cortinas vegetales o fachadas verdes son un extra a la hora de ayudar a mantener un ambiente fresco en el interior. El uso de plantas trepadoras en las fachadas o estructuras para jardines verticales actúa como una barrera natural contra el calor, proporcionando sombra y contribuyendo al aislamiento térmico. Además de ser un pequeño pulmón en las ciudades.

Jardines verticales, cubiertas verdes y paisajismo urbano

El diseño bioclimático también busca maximizar la eficiencia en el uso del agua, tanto en interiores como en exteriores. Esto no solo reduce el consumo de agua, sino que también favorece la sostenibilidad del proyecto.

Existen sistemas de recolección de agua de lluvia que puede utilizarse para riego o limpieza doméstica, disminuyendo la dependencia de fuentes de agua potable.

Jardines sostenibles, incorporando plantas autóctonas y adaptadas al clima local que requieran menos riego. También se pueden emplear técnicas como el riego por goteo o el uso de materiales permeables en exteriores para reducir el desperdicio de agua. Incluir grifos y duchas con reguladores de caudal y temperatura, y sanitarios de bajo consumo para reducir el uso de agua en el hogar.

Aprovechamiento del agua de lluvia para el riego

La integración de la naturaleza es un elemento esencial del biointeriorismo, y el diseño bioclimático lo aprovecha para mejorar tanto el confort como la eficiencia energética de los espacios. La vegetación no solo embellece el entorno, sino que también tiene un impacto directo en la temperatura y la calidad del aire.

El uso de jardines verticales, patios o espacios verdes integrados en la estructura arquitectónica proporciona sombra, mejora la calidad del aire y regula la temperatura. Además, favorece la conexión con la naturaleza, lo cual tiene efectos positivos en la salud mental y el bienestar. Es lo que se conoce como Biofilia.

La instalación de techos o cubiertas verdes es una excelente forma de mejorar el aislamiento térmico de un edificio. Estos techos, cubiertos de plantas, no solo reducen la necesidad de climatización, sino que también ayudan a absorber el agua de lluvia y promueven la biodiversidad en zonas urbanas.

Utilizar plantas estratégicamente alrededor de la vivienda puede contribuir a reducir el impacto del viento, crear barreras naturales de sombra o mejorar la ventilación cruzada. Las plantas adecuadas también ayudan a purificar el aire y retener humedad, mejorando el microclima del lugar. Un buen diseño paisajístico es el que tiene en cuenta los cambios de estación, inclinación y altura del sol y la pluviometría.

Biofilia, jardín en fachada

El biointeriorismo apuesta por materiales de construcción de bajo impacto, que minimicen las emisiones de CO2 durante su producción y uso, así como su reciclaje o reutilización a lo largo de su vida útil.

Utilizar materiales disponibles en la región no solo reduce la huella de carbono del transporte, sino que también asegura que estén adaptados al clima y condiciones locales, mejorando su rendimiento.

El uso de materiales reciclados, como ladrillos o maderas de segunda mano, reduce la necesidad de extraer nuevos recursos y promueve la economía circular. La energía utilizada para producir, transportar y construir un edificio es conocida como “energía incorporada”. En el diseño bioclimático se eligen materiales con baja energía incorporada, como maderas locales, bambú o ladrillos de tierra comprimida.

Ladrillos reciclados

El diseño bioclimático aplicado al biointeriorismo se enfoca en aprovechar las condiciones naturales del entorno para crear espacios confortables, sostenibles y eficientes desde el punto de vista energético. Al combinar estrategias de optimización de luz, ventilación, aislamiento y uso de recursos, es posible reducir significativamente el consumo de energía y agua, mejorando al mismo tiempo la calidad de vida de los habitantes. Esta forma de diseño no solo minimiza el impacto ambiental, sino que también promueve una mayor conexión con la naturaleza, favoreciendo el bienestar físico y emocional de las personas.

Trayectoria

carolina-pidal-1

• 8 años como técnico superior en proyectos y dirección de obras de decoración en A Coruña y Madrid.

• Grado en Diseño de Interiores en la Escuela Superior de Artes Pablo Picasso.

• Formación en marketing, visual merchandising y escaparatismo.

• Más de 3 años como formadora de escaparatismo y visual merchandising para el sector farmacéutico.

• Máster en gestión de empresa para estudios de interiorismo en Interior Design Experience.

• Home Staging y estilismo en la Home Staging School de Anna García.

• Formación en interiorismo estratégico por Iván Cotado.

• BioConstrucción en Okambuva por la Universidad de Nebrija de Madrid.

En continua formación y acompañada de los mejores profesionales en arquitectura, ingeniería, construcción, marketing, fotografía e imagen, infografías 3D…

Valores

Estos son los valores que rigen el estudio y mi vida.

Seguir estos principios en todos los aspectos de mi vida hace coherente y da sentido al trabajo que realizo día a día.