Esta pregunta podría resultar extraña hace pocos años, pero tras la pandemia, todos entendimos la importancia de tener un hogar confortable. Descubrimos, a la fuerza, las carencias de nuestros hogares.
Durante este periodo encerrados entre 4 paredes, nos dimos cuenta de quienes eran los más afortunados y que mejor llevaron el “encierro”. Aquellos a los que veíamos por la pantalla o por la ventana tomando el sol, en una finca, en una terraza o balcón, en definitiva, los que estaban en contacto con el exterior.
Lo primero que ocurrió al salir, aparte de crecer exponencialmente el número de terrazas en los bares y cafeterías, fue que se incrementó de manera significativa la venta y el alquiler de viviendas con estas características que ahora resultan tan evidentemente importantes. Hablo de balcones, terrazas y pequeñas parcelas de terreno. Además, comenzó a moverse de nuevo el mercado de los terrenos para construir.
Esto tiene una explicación muy sencilla, más allá de nuestra pasión por estar en la calle socializando. El ser humano tiene la necesidad de estar en contacto con la naturaleza, fauna y flora. Esta necesidad se denomina BIOFILIA. “Bio” de vida y “filia” de amor o afición a algo.
A pesar de que el término lo acuñó el psicólogo y filósofo Erich Fromm a principios del s. XX, no será hasta el s. XXI cuando el biólogo Edward O. Wilson presente sus teorías sobre la relación del Homo Sapiens con su entorno a lo largo de millones de años. Wilson sostiene que el 99% de la historia del hombre ha estado vinculada estrechamente con el entorno natural, convirtiéndonos en seres Biocéntricos. El 1% restante equivale a la vida que conocemos en la actualidad. Debemos ser conscientes de que hoy en día pasamos un 90% de nuestro tiempo en interiores, según un estudio publicado por la OMS.
Pensemos en nuestros momentos más felices. Si nos ponemos a recordar, casi siempre nos vendrán a la mente aquellos en los que estamos en una playa, en el pueblo, una escapada al monte, de camping o cualquier otro lugar de iguales características, la sensación de libertad y el contacto con la naturaleza son una constante, ¿no?
Este contacto directo con la naturaleza nos rebaja la tensión muscular y la mental.
En 2009 se publicó un estudio sociológico, que ratificó las teorías de Wilson, en el que participaron 350.000 personas. El estudio desveló que las personas más expuestas al entorno natural presentaban menor número de trastornos mentales, enfermedades vasculares y pulmonares, respecto a las que vivían en un entorno urbano. Donde se han detectado mayor número de casos de obesidad y depresión.
Todos estos datos están muy bien para ponernos en situación, pero ¿cómo podemos mejorar nuestros hogares con estos principios de Biofilia?
Te voy a das algunos consejos para incorporar la Biofilia a tu casa u oficina:
- Utiliza materiales naturales como la madera y la piedra. También elementos decorativos en rafia o mimbre. Cortinas de lino o tejidos naturales.
- Iluminación natural controlada.
- Iluminación artificial que siga el ritmo circadiano. Una buena iluminación es calve para el éxito en un proyecto.
- Utiliza líneas suaves y formas orgánicas. La curva nos hace sentir tranquilos.
- Paleta de color natural, colores tierra y colores pastel como base para la decoración siempre es un acierto.
- Juega con el agua, coloca una fuente, un jarrón transparente donde veas el agua con velas flotantes, …
- Por supuesto, coloca plantas. Muchas plantas. En todas las estancias.
Lejos de la creencia de que las plantas son perjudiciales en los dormitorios, hay plantas muy beneficiosas que generan mucho oxígeno y filtran el aire de los tóxicos presentes en los interiores.
Con estos consejos obtendrás mayor confort térmico, acústico y mejor calidad del aire.
Si utilizas estos tips en oficinas, los trabajadores observarán una disminución del estrés y la ansiedad, un incremento en la creatividad ya que la naturaleza suele ser fuente de inspiración, una mejora del estado de ánimo, incrementando la productividad y el bienestar, y podremos también aliviar la fatiga visual mejorando el confort visual.
