En mi post anterior te hablaba del radón y de su presencia en el agua. A todos nos preocupa la calidad del agua que consumimos, ya sea del grifo o de botella. Pues te voy a dar algunos datos sobre el agua de consumo.
Creo que no hace falta explicar que el agua embotellada, ya sea de manantial o mineral, está envasada en plástico. Se nos recomienda no reutilizar esas botellas porque los químicos pueden transferirse al agua. En las propias etiquetas se puede leer que no deben estar expuestas al sol y mantener a una temperatura óptima para que el plástico no se degrade y contamine el agua contenida.
Ahora bien, si no debemos consumir agua del plástico y el agua del grifo, no nos sabe bien o nos sienta mal, ¿qué solución hay?
Antes de pasar a las posibilidades, hablemos del agua que, por arte de magia, sale de nuestros grifos.
A raíz del Covid se han escuchado noticias sobre la presencia de virus y bacterias en los depósitos de agua de consumo. Pero, ¿es lo único que viene en el agua?
Hagamos una reflexión, ¿quién no lava el vaso en el que se ha tomado el antibiótico, el jarabe para la tos o cualquier otro fármaco, en el fregadero?
En nuestro día a día solemos hacer un uso del agua sin pensar de dónde viene y a dónde va. Para evitar que se contamine el medioambiente, esta agua, debe tratarse.
Los residuos generados por la actividad humana suponen un riesgo para la vida en nuestros ecosistemas, no sólo por el uso doméstico. Los principales contaminantes del agua son pesticidas, insecticidas, petróleo, plásticos, bacterias, virus, parásitos, fertilizantes, fármacos, nitratos, fosfatos, plásticos, desechos fecales y hasta sustancias radiactivas. Muchos de ellos son incoloros de modo que la contaminación hídrica resulta invisible.
Por otro lado, el aumento de la temperatura del agua es una enorme amenaza para todos los ecosistemas acuáticos, ya que impide que el oxígeno se disuelva en el agua, lo que produce la muerte de animales o transformaciones en su fisiología y comportamiento.
La presencia de sustancias radiactivas, pueden ser por diversas causas como accidentes o fugas en plantas nucleares, vertidos ilegales de residuos radiactivos o por contaminación natural, como el caso del radón. El radón que está en el agua se suma al que está concentrado en el interior debido a los grifos con aireador que todos tenemos en casa.
Además, hay una lista de contaminantes emergentes, que son sustancias químicas o materiales detectadas últimamente en las aguas y cuya presencia puede suponer un riesgo para el medioambiente y salud humana. Me refiero a los fármacos, aditivos de materiales como antioxidantes, retardantes de llama, plastificantes, protectores anticorrosivos; productos del hogar como detergentes, cosméticos, fragancias, cremas, etc. Bastantes de estos emergentes se comportan como disruptores endocrinos, son capaces de imitar la acción de nuestras hormonas naturales y pueden bloquear los receptores hormonales de las células. Inciden en la salud respiratoria, cardiovascular, metabólica, cognitiva, reproductiva o incluso en el desarrollo, desde la etapa prenatal hasta la edad adulta. La principal causa es la actividad humana, por ello las aguas residuales urbanas son una fuente de emisión significativa.
¡Se ha llegado a detectar la presencia de restos plásticos, nicotina y antidepresivos en la Antártida!
Pero, ¿qué contaminantes encontramos en el agua que bebemos?
Arsénico, subproductos de la desinfección como el cloro y los trihalometanos (THM), contaminantes atmosféricos que provienen de la combustión de derivados del petróleo y carbón para usos industriales, residenciales o en el transporte, contaminación interior por Radón (Ra-222) que proviene de la degradación radiactiva del uranio-238, amianto que son fibras de asbesto, tabaquismo involuntario, los compuestos químicos orgánicos persistentes, pesticidas, bifenilos policlorados (PCBs), dioxinas que son sustancias organocloradas, lipofílicas, bioacumulables y persistentes, como la TCDD, los disruptores endocrinos, y la lista sigue…
Por todo esto, cada vez de habla más de los sistemas domésticos de filtrado y tratamiento de aguas para que tenga un menor impacto negativo en nuestra salud y que su consumo y uso sea beneficioso.
Te voy a hablar de algunos sistemas para el Tratamiento de agua:
- Carbón activado. Absorbe contaminantes y reduce el mal. No elimina el arsénico, los fluoruros, los nitratos ni los percloratos, que son cancerígenos, pero algunos filtros de carbón activado sí que eliminan el amianto, el mercurio, el plomo, el radón y los COVs (compuestos volátiles orgánicos). Existen jarras y depósitos que caben en el frigorífico, aunque están hechos de plástico. Existen también filtros para colocar el los grifos de cocina, que tienen varias posiciones (chorro normal y ducha). Estos filtros deben cambiarse a los 3 ó 6 meses, depende del uso, si no lo cambiamos podrán aparecer bacterias. Además, no deben utilizarse con agua caliente ya que podríamos degradar el filtro y perder efectividad.
- Ósmosis inversa. Elimina sales disueltas, partículas, material orgánico, bacterias y pirógenos. Aunque no elimina el 100 % de bacterias y virus, se considera uno de los mejores sistemas purificadores de agua existentes a día de hoy. El “pero” es que necesita una instalación más compleja, tiene un coste elevado y de gasta mucha agua para obtener agua filtrada.
- Ozono. Tiene su base en el gran poder antioxidante del ozono, que ayuda a eliminar virus, bacterias y otros microorganismos resistentes al efecto del cloro, pero no para eliminar los elementos químicos.
- Depuración con descalcificadores, son equipos que intercambian iones para reducir la dureza del agua y reducir niveles de calcio y magnesio. El uso de estos aparatos dependerá de la dureza del agua de la zona. Los hay de sal (como en el lavavajillas) y de Sodio (Na).
Existen más sistemas, éstos son los de uso doméstico más comunes.
Pero, ¿no sería más sencillo y económico, además de responsable, que seamos más conscientes del consumo y uso que hacemos de este recurso tan necesario y finito?
Si rebajamos el consumo de agua embotellada en plástico, aunque sea reciclado, tenemos cuidado de lo que desechamos por el WC, fregadero, lavabo, alcantarillas y un largo etc., hacemos un uso responsable de los fármacos y los desechamos en el lugar habilitado para ello (punto SIGRE de la farmacia), rebajamos nuestra huella de carbono utilizando el transporte urbano o yendo en bicicleta o caminando, hacemos un consumo local y de origen ecológico, podemos dar pasos hacia los objetivos 2030 y podremos conseguir un planeta más saludable.
¡Recuerda! DEJA TU PROPIA HUELLA
Bibliografía y referencias
https://www.miteco.gob.es/es/agua/temas/estado-y-calidad-de-las-aguas/contaminantes-emergentes.html
https://www.sanidad.gob.es/ciudadanos/saludAmbLaboral/docs/cancerMedioAmbiente.pdf
https://www.ocu.org/vivienda-y-energia/equipamiento-hogar/informe/dureza-del-agua
https://www.fundacionaquae.org/wiki/los-residuos-que-mas-contaminan-el-agua/