Una parte esencial del biointeriorismo es la elección de materiales sostenibles y naturales, que no solo contribuyen a reducir el impacto ambiental, sino que también promueven la salud y el bienestar de las personas que habitan los espacios. La clave está en optar por productos que sean ecológicamente responsables, duraderos y no tóxicos.
Pero, ¿qué características debemos buscar en los materiales? Uno de los puntos más importantes es que sean materiales libres de tóxicos. En muchos diseños convencionales se utilizan productos que contienen sustancias químicas nocivas, como los compuestos orgánicos volátiles (COVs), que se liberan al aire con el tiempo y pueden afectar la salud respiratoria y general de las personas. Hay materiales que se degradan por el sol, al contacto, o sin manipulación alguna. En el biointeriorismo, se priorizan materiales libres de estos químicos peligrosos.
Por ejemplo, las pinturas y barnices ecológicos: Las pinturas convencionales suelen contener COVs, que pueden liberar gases tóxicos durante años. Las alternativas ecológicas, como las pinturas a la cal o de arcilla, certificadas como libres de COVs, son más seguras y saludables para el hogar, ya que nos dan propiedades como la higroscopicidad, muy favorable para conseguir un interior biocompatible, ya que pueden regular la humedad ambiente. Aceites y lasures para tratar y proteger la madera en interiores y exteriores.
Los adhesivos naturales al igual que las pinturas y selladores suelen contener químicos dañinos. Los productos ecológicos hechos a base de agua o ingredientes naturales son una opción más saludable.
Buscar maderas certificadas, de proximidad si es posible y de origen sostenible, ya que es un recurso natural que nos aporta no sólo bienestar físico, gracias a sus propiedades aislantes, si no que también nos influye de manera positiva a nivel emocional. Es un material que aporta sensación de calidez, tranquilidad y seguridad. Como ya he comentado en otras ocasiones, el contacto con la naturaleza puede ayudarnos a bajar nuestra presión arterial y el nivel de estrés o ansiedad.
Pero no toda la madera es igual, desde el punto de vista medioambiental. El biointeriorismo promueve el uso de maderas con certificaciones que garanticen su origen sostenible, como la certificación FSC (Forest Stewardship Council) o PEFC (Programa de Reconocimiento de la Certificación Forestal), que asegura que la madera proviene de bosques gestionados de manera responsable.
Como comentaba, priorizar maderas obtenidas localmente no solo reduce la huella de carbono asociada al transporte, sino que también apoya la economía local y minimiza la deforestación en áreas remotas.
Otras alternativas a la madera tradicional pueden ser el bambú, que crece rápidamente y es altamente renovable, o el corcho, que se cosecha sin dañar el árbol, son opciones excelentes y sostenibles para revestimientos, muebles y suelos.
Los textiles juegan un papel crucial en el biointeriorismo, ya que están presentes en muebles, cortinas, alfombras y decoración. Muchos de los textiles del mercado están hechos de materiales sintéticos, como el poliéster, que derivan del petróleo y pueden liberar microplásticos al medio ambiente.
Pero existen alternativas como el algodón orgánico, cultivado sin pesticidas ni fertilizantes sintéticos, el algodón orgánico es una opción más ecológica y saludable. Además, suele ser más suave y duradero.
El lino y cáñamo son fibras naturales que requieren menos agua y productos químicos para su cultivo que otras fibras como el algodón convencional.
La lana es un material sostenible que se renueva anualmente sin dañar a las ovejas. Es duradera, biodegradable y tiene propiedades térmicas y acústicas que la hacen ideal para alfombras o tapicería, aunque debemos tener cuidado con la electricidad estática que puede generar con la fricción.
Los revestimientos y superficies de piedra natural, como el mármol, el granito y la pizarra, son populares en el diseño de interiores por su durabilidad y estética atemporal. Sin embargo, es importante asegurarse de que estos materiales se obtengan de manera responsable y ética, minimizando la explotación de recursos.
Es importante tener en cuenta que tanto el granito como la pizarra son materiales que exhalan radón, de manera que su uso ha de ser puntual.
Existen alternativas como las baldosas cerámicas hechas con arcilla natural y procesos de producción eficientes en energía son una excelente opción.
La cal y la arcilla son dos materiales que se han usado en construcción desde los romanos hasta nuestros días, aunque han sido relegados a un segundo plano debido al uso masivo del cemento en los últimos 150 años. Los revocos de cal o arcilla, además de dar un acabado natural y artesanal, nos ayudan a regular la humedad. Los revocos de cal pueden utilizarse tanto para interiores como para exteriores.
A la hora de elegir materiales, es importante prestar atención a las certificaciones ecológicas que garantizan que el producto cumple con estándares sostenibles. Algunas de las más reconocidas son, las ya mencionadas FSC y PEFC, Cradle to Cradle (Certifica productos diseñados para ser reutilizados o reciclados), GREENGUARD (Garantiza que los productos han sido testados para asegurar bajas emisiones de químicos en el aire), Global Organic Textile Standard (Certifica textiles como algodón o lino que son producidos de manera orgánica y ética), entre otros.
En biointeriorismo, reducir el consumo de recursos vírgenes y minimizar los residuos es parte esencial del diseño. Por eso, se fomenta el uso de materiales reciclados y la reutilización de productos.