A lo largo de los años hemos aprendido qué cosas nos afectan físicamente de manera negativa y nos hemos hecho conscientes de lo que implican nuestros hábitos.
Hasta hace poco tiempo el cuidado de la piel expuesta al sol era algo que no preocupaba y los melanomas no los veíamos como posible consecuencia de una exposición prolongada y sin precauciones a los rayos UVA (energía cósmica).
Qué decir del tabaco, en la sociedad estaba bien visto fumar en cualquier lugar, delante de niños, en las oficinas, colegios, cafeterías, …, pero hemos ido modificando nuestra conducta ya sea por leyes o por concienciación, y ahora nos llama la atención ver fumar a alguien con sus hijos al lado. Debemos tener en cuenta que el tabaquismo es la primera causa de cáncer de pulmón.
Y así ocurre con la mala alimentación, la obesidad, el sedentarismo, el consumo de alcohol y un largo etcétera.
Al igual que hemos aprendido que todos estos malos hábitos tienen consecuencias para nuestra salud y ya somos conscientes de sus efectos nocivos, hay otros muchos de los que todavía somos inconscientes.
Existen dos tipos de radiaciones que nos afectan a diario y cada vez de manera más agresiva. Hay numerosos estudios que prueban que la exposición a estas radiaciones es perjudicial para nuestra salud.
De las naturales ya hemos hablado en artículos anteriores, pero ampliemos la información.
Las líneas Hartmann son la manifestación física de la interacción de dos tipos de energías: la energía telúrica procedente del núcleo de nuestro planeta, y la energía cósmica procedente del fondo del cosmos y que se refleja sobre la corteza terrestre. En la vertical de esta red de fuerza natural se pueden dar variaciones de los campos eléctricos y magnéticos provenientes del subsuelo y variación de la ionización del aire, entre otros fenómenos.
Las corrientes de agua subterráneas, diaclasas o fallas, son fenómenos que causan alteraciones en sus verticales, al igual que las anteriores.
Si se juntan su efecto adverso para la salud se potencia exponencialmente.
Te voy a explicar un caso real.
Es el piso de un matrimonio con dos hijos. La mujer que dormía al lado derecho de la cama, bruxaba por la noche hasta romper las férulas dentales, y fue operada de un carcinoma de riñón. Su marido tenía dolores articulares, tipo reumáticos y se hizo chequeos médicos que daban perfectos.
Su hijo mayor, que duerme en la habitación contigua, sufría de episodios de ansiedad y terrores nocturnos que le duraron varios años.
El más peque de la casa tenía incontinencia urinaria, cada día se levantaba empapado.
Sin conocer las zonas patógenas de su domicilio decidieron cambiar las camas de lugar, por estética y funcionalidad.
El matrimonio no notó cambios, ella sigue descansando mal y él se levanta varias veces durante la noche.
El hijo mayor no ha vuelto a tener ataques de ansiedad y el peque ha dejado de mojar la cama en menos de un mes, aunque se mueve mucho y termina durmiendo muy abajo.
Se han aportado dos soluciones, una temporal y otra con reforma integral.
Para la primera, se recomienda cambiar la cama de matrimonio a la pared contraria, para evitar las corrientes de agua y los cruces de líneas Hartmann. De esta manera se espera un cambio en el descanso de la pareja. Sueño profundo y reparador.
En el dormitorio de los niños, sencillamente se les cambiará de sentido la cama, para que descansen mejor y no se muevan tanto.
En cuanto a la solución permanente, la reforma integral del piso, se hace un cambio de distribución total.
Se ubican en las zonas más alteradas los espacios de menor permanencia, cocina, entrada, comedor, zonas de paso y almacenaje.
Los dormitorios juveniles se distribuyen de manera que las camas estén orientadas al NNE (nornordeste) y fuera de zonas patógenas.
El dormitorio principal se mueve al otro lado de la vivienda, para dar mayor privacidad a la pareja, ya que los niños ya han crecido y no necesitan tanta atención por la noche. Se orienta la cama al NNO (nornoroeste).
Como te dije, éste es un caso real.
Existe relación entre lo que nos rodea y nosotros. Es inevitable, aunque no lo podamos ver. Es real, como los rayos UVA que queman nuestra piel si no la protegemos, como la obesidad por mala alimentación o el sedentarismo y las enfermedades cardiovasculares, diabetes, intolerancias alimenticias o trastornos en el funcionamiento intestinal.
En el próximo artículo te hablaré de las radiaciones artificiales y te daré consejos para evitarlas en lo posible.
Las informaciones recogidas en este artículo no constituyen en ningún caso consejo terapéutico o médico y no se orientan a sustituir el imprescindible diagnóstico y asesoramiento de facultativo.
En la aparición de enfermedades hay varios factores a tener en cuenta: genético, estilo de vida y ambiental, pero recuerda que es imprescindible hacerse revisiones médicas periódicas para un diagnóstico precoz de cualquier enfermedad. Siempre es necesario un diagnóstico médico, cualquier síntoma debe ser tratado por profesionales de la salud, a efectos de recibir el tratamiento más adecuado.
Bibliografía y referencias
CNS – Consejo de seguridad nuclear https://www.csn.es/radiacion-natural-y-artificial2
OMS – Organización Mundial de la Salud https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/ionizing-radiation-and-health-effects
NIH – Instituto Nacional del Cáncer – Diccionario https://www.cancer.gov/espanol/publicaciones/diccionarios/diccionario-cancer/def/radiacion-ionizante
EcoHabitar – Artículo de 8 de mayo de 2020 https://ecohabitar.org/las-radiaciones-terrestres-y-la-relacion-con-nuestra-salud/
Instituto para la salud geoambiental – Líneas Hartmann https://www.saludgeoambiental.org/lineas-hartmann/
Pere Leon – Radiaciones naturales https://www.pereleon.com/que-es-geobiologia-2-2/radiaciones-naturales/
Mariano Bueno – “Vivir en casa sana” (1988) y “El gran libro de la casa sana” (1998)
Elisabet Silvestre – “Tu casa sana” (2021)
NIH – National Institute of General Medical Sciences – Ritmos circadianos https://www.nigms.nih.gov/education/fact-sheets/Pages/circadian-rhythms-spanish.aspx
